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Esperamos que disfruten de este momento con nosotras y que experimenten el amor y la providencia del Amor Sacramentado en esta pagina.

Vocacional

UNA ADORATRIZ...

Una Adoratriz es aquella mujer que intenta amar a Dios mas que a si misma, una mujer que sabe lo que vale el mundo y para que esta en esta vida, una mujer que puede ver mas allá de su nariz y tiene ambiciones mas elevadas que un nombre, un hogar o una situación en la sociedad; una mujer ansiosa de conquistar un verdadero nombre, una mansión celestial.. y un lugar en la sociedad de los santos..

Quieres discernir si Dios te llama a la vida religiosa??

Sea alabado el Santísimo Sacramento...
Pediré permiso a Jesús ... A maría veremos la voluntad de dios...
De igual forma... Pondremos enlaces de discernimiento vocacional: "de corazón a corazón" que te recomiendo que veas... La primera actitud que debes tener es de disposición y humildad.. Tener un corazón alerta, que sepa escuchar y desear conocer la voluntad del señor... Jamas diga esto ya lo se, esto se repite.. Pregúntate porque señor permites que esto lo vea nuevamente... Quiere decir que no lo he vivido conscientemente con el amor que debiera... Y escribe todo lo que vayas percibiendo en tu interior... Las luchas... Las luces... Los triunfos y derrotas...
Te recomiendo estos libros... Te ayudaran...
Si ya los leíste vuélvelos a leer pero siempre antes de hacerlo haz oración... Diciéndole a Jesús que abra tu corazón para escuchar su voz y comprender su voluntad... Que te muestre el camino que el quiere para ti y que te de la fortaleza, arrojo y amor.... Para emprenderlo....
Staurofila...
Historia de un alma...
Los tres monjes rebeldes..
La familia que alcanzo a Cristo...
Fray maría rafael... Obras completas
Santa Juana Beretta...
Confiemos en que Dios vera nuestra pureza de intensión y el deseo de amarle entregando nuestra vida a su servicio que sin duda se manifestara
Adoratriz Ejutla..


CARTA A LOS JÓVENES SOBRE LA VOCACIÓN
Introducción:
Queridos amigos:
Los Obispos tenemos un importante "problema de familia" que compartir con Uds. los jóvenes cristianos. Nos hemos decidido a escribirles por dos motivos:
- En primer lugar, porque tenemos la grata experiencia de que cuando los llamamos para algo
importante saben responder.
- En segundo lugar, porque la solución al problema que hoy les presentamos depende
especialmente de Ustedes.
La jornada vocacional es una ocasión propicia para proponerles esta reflexión. Tiene como tema principal la Vocación a la vida sacerdotal y religiosa. Los invitamos ardientemente a que trabajen este texto en los grupos de Iglesia a los que pertenecen y que además se dejen interpelar personalmente por nuestra llamada que quiere ser, al mismo tiempo, respetuosa y apremiante.
I. Las resistencias de la Juventud a la vocación sacerdotal o religiosa.
¿Por qué entre tantos jóvenes que hacen una apuesta seria por la fe nacen todavía pocas vocaciones para ser sacerdotes o religiosos/as? Esta es una pregunta que reclama una respuesta.
1. Una Imagen de Iglesia
La persona, el mensaje y la tarea de Jesús los seducen. Pero la Iglesia de Jesús no tiene el mismo "gancho" entre ustedes. Sobre todo "la Iglesia grande", la Iglesia total, Se sienten a gusto en sus grupos juveniles. Muchos se sienten a gusto en sus parroquias. Pero la Diócesis y más todavía el Vaticano les parecen "tinglados" que no los seducen en absoluto. No ven a la Iglesia grande como "un tren que va camino de futuro", sino como un furgón detenido en la vía del pasado. Ser "curas o monjas" en esta Iglesia grande les parece a muchos "entraren una vía muerta" que no conduce a ninguna parte. Ustedes apuestan al futuro y tienen la impresión de que el futuro no va por ahí, Creen que es mejor trabajar como laicos en esta Iglesia y, desde ella, servir a la sociedad a través del compromiso familiar, profesional, cultural, social y político.

2. La Imagen del sacerdote les parece devaluada en nuestra sociedad:
Todos conocen curas y religiosos/as magníficos, muy cercanos a la vida de ustedes, que son para los jóvenes testigos de la fe. Saben que su fe actual sería mucho más pobre si ellos no se hubiesen cruzado en sus caminos. Estos curas y religiosos/as son para muchos de ustedes "modelos de identificación". Despiertan en su interior un vivo deseo: "a mi me gustaría ser un creyente alegre, servicial, comprometido, amigo de Jesús, como ese cura, como esa monja", Pero en general este deseo no llega a formularse de esta manera: "ME GUSTARÍA SER UN CURA O UNA RELIGIOSA COMO ESTE, COMO ESTA". Y esto sucede así porque la imagen que tienen del conjunto de los curas y las monjas no es muy estimulante. Nos consideran como "hombres y mujeres de la institución" corno funcionarios de la administración de la Iglesia, mucho más que como pastores testigos de Jesús y cercanos a la gente. Piensan que no conectamos con las preocupaciones de nuestro mundo, ni vivimos radicalmente el evangelio. Nos ven "instalados", más preocupados por conservar la institución que por mejorar la sociedad. Y ustedes no se sienten de ninguna forma animados a "perpetuar la especie". No quieren ser importantes en la sociedad, pero si significativos,
3. Celibato
Aman el amor y la sexualidad. Se están educando para esas realidades con mayor libertad que en otras épocas. Viven en una sociedad que los bombardea continuamente con estímulos sexuales. Hay entre ustedes una especie de persuasión de que sólo compartiendo el amor y la relación sexual con la persona elegida puede el ser humano vivir lo suficientemente centrado y contento como para aportar algo positivo y constructivo a la sociedad.
*
4. Renunciar a la vida.
Ser cura o religioso/a lleva consigo en nuestra Iglesia abrazar el celibato. Ante esta exigencia muchos jóvenes que alientan al proyecto, o al menos al deseo, de servir al Señor y a la comunidad cristiana como sacerdotes o religiosos, desisten definitivamente. Lo ven como un cierto suicidio de sus ganas de vivir, y acaban diciendo: "esto no es para mi".
5. La falta de cuestionamiento vocacional
Una de las cosas que más nos preocupa e incluso nos sorprende es comprobar que la inmensa mayoría de los jóvenes, incluso los más profundamente creyentes y entregados, no se han planteado jamás en serio esta pregunta: "¿y yo? ¿por qué no cura, religioso o religiosa?"
Creemos que este hecho tiene que tener una explicación que va más allá de las dificultades y resistencias que hemos descrito hasta ahora. Generalmente para que en un joven surja una vocación no basta que sea firmemente creyente. Ni siquiera con que vea de cerca el testimonio estimulante de un "cura* o "monja". Es necesario además, que alguien en nombre de la comunidad cristiana se lo proponga, le invite a pensarlo y le ayude a decidir.
6. E» necesaria la llamada.
Y aquí creemos que hemos cometido una falta de omisión. Muchos sacerdotes y religiosos no nos hemos atrevido a invitarlos, con respeto, pero con claridad, a abrazar este camino, Algunas comunidades parroquiales muy vivas piden con solicitud curas y monjas para su servicio, pero no ponen la misma respetuosa solicitud a la hora de sugerir a los jóvenes concretos de su comunidad que se propongan el proyecto de ser curas o monjas al servicio del Evangelio. Incluso los seminaristas son muy sobrios al llegar, en su contacto con jóvenes, al umbral en el que puede surgir la cuestión vocacional,
Es puro respeto de la mejor calidad? Es temor a que los jóvenes lo consideren como "un pequeño robo espiritual a mano armada?" Los Obispos mismos no hemos apoyado hasta ahora suficiente¬mente al equipo diocesano de vocaciones y como fruto de estas omisiones tenemos hoy las pocas vocaciones que tenemos.


CARTA DEL CARDENAL TARANCON
A LOS JÓVENES SOBRE LA VOCACIÓN.


Hoy a los jóvenes, todos -a la misma hora que les retacean el presente- les aseguran que Uds. son el futuro. Lo hacen porque necesitan el voto de Ustedes, la juventud de Ustedes, tal vez porque les tienen miedo.
La Iglesia también los necesita. Pero no los necesita para triunfar, para mandar, para se: fuerte ella y tener llenos sus templos. Los necesita para existir. Porque, asombrosamente, y aunque el mundo diga lo contrario, una Iglesia vieja, no es la Iglesia de Cristo. Sus valores, lo mejor de Ustedes, surge de la misma raíz que los valores cristianos.
No tenemos las experiencias de Uds., porque nunca nos pedirán más de lo que ros exigí nuestra fe. No nos Intranquiliza el radicalismo de Uds.: nunca serán más radicales de lo que fue y es Jesús.
Es claro que al ofrecerles el sacerdocio y la vida consagrada no les estoy pidiendo que se parezcan a nosotros. Les estoy pidiendo que se parezcan a Jesús, que se atrevan a seguirlo, que aspiren a tanta libertad como la que El vivió, que pongan como meta de sus vidas algo lar ambicioso como El se propuso: la instauración de un mundo radicalmente distinto a éste en que vivimos, el Reino de Dios en la tierra, que es a la vez el reino del hombre rea/izado plenamente,
No es el sacerdocio y la vida religiosa huida de nada, sino un gran amor a todo, una presencia viva en medio de la humanidad, sin otra discriminación que ¡a que se hace en favor de los más pobres y necesitados.
En nombre de Cristo les pido que nos ayuden a ensanchar el mundo, a derrotar el egoísmo, a arrinconar la violencia y el odio, a hacer un mundo más humano y más cristiano que el que nosotros hemos hecho.
El sacerdocio y la vida religiosa piden compromisos totales: no piden que alguien sea “un poco sacerdote, un poco religiosa", que se le do a Cristo y a los hermanos "un trozo de vida ", Piden la Vida entera, piden la renuncia radical a todos esos va/ores que parecen ser la sustancia de este mundo en que vivimos: el poder, el dinero, la moda superficial y pasajera, la lucha por un trozo de prestigio o dominio, el dominio del hombre sobre el hombre. El sacerdocio y la vida religiosa auténticos piden un servicio incondicional a los hombres tal y como Jesús lo realizó hasta la muerte. Piden y exigen un amor apasionado, una renuncia incluso a la carne, no porque se la desprecie, sino para poner todo al servicio del amor v la amistad de cuantos nos rodean.
MI cuaderno de Acompañamiento
No los estoy Invitando a ser menos hombres, sino a ser más hombres. A SERVIR
MAS. - . i
Felizmente ya pasó el tiempo en que un sacerdote o un religioso parecía un "personaje destacado". Hoy un sacerdote o religioso auténtico es destacado porque trabaja más, porque se entrega sin condiciones, porque ama sin fronteras.
Si asumen este estilo de vida no llegarán al triunfo humano y al éxito económico, serán incluso motivo para las ironías de los listos de este mundo.
Pero nunca nadie los obligará a apostar por la mentira, caminarán hacia una esperanza que nunca será defraudada y ayudarán a sus hermanos, a los hombres, a encontrar un amor que no se pierde.
Atrévanse a conseguir Ustedes lo que nosotros no tuvimos el coraje de hacer,
Atrévanse, sean dignos de Ustedes mismos, sean dignos de su juventud. Atrévanse, sean dignos de Ustedes mismos, sean dignos de su juventud. Porque, lo sepan o no, lo quieran o no, lo mejor de esa juventud de Ustedes es aquello que participa de la eterna juventud de Cristo.
Este cuaderno lo dedicamos al
que quiera seguir a Jesús tomando la vida en serlo.
En él vas a encontrar cuatro grandes etapas:
• Madurar como persona
• La Fe como 'Vida Nueva" en Cristo
• Discernir la vocación
• Crecer en la vida espiritual
que gradualmente, Junto con tu acompañante,
te ayudarán a descubrir el camino que Dios tiene en
tu vida.

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