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Esperamos que disfruten de este momento con nosotras y que experimenten el amor y la providencia del Amor Sacramentado en esta pagina.

Un Santuario extraordinario!!!!!



¿Quién nos separa del amor de Dios?


“Ábreme los ojos, Señor y contemplaré, las maravillas de tu voluntad”.
La historia, es una hermosa carta de Dios donde nos va comunicando su fiel amor, su misericordia y como a pesar de aquellas decisiones en las que no esta de acuerdo con nosotros, nos sigue dejando la libertad de escoger el bien o el mal, la bendición o la bendición; las toma y convierte en frutos de salvación. Y asi en esta carta, cada uno desempeña un papel según en la propia libertad, se a elegido ser.
Cuando Dios decide manifestarse, lo hace de una forma única y evidente…
Nuestro santuario, no solo es una belleza arquitectónica, es el cofre que contiene tesoros inigualables y que comunica riqueza para todos aquellos que lo visitan, gracias y bendiciones; no solo por el culto que en el se rinde al Creador sino que desde sus colores y detalles tiene un mensaje de amor para quienes vienen a visitar su presencia Sacramental… Es tanto su esplendor y merito, que es llamado en algún momento por el Ilmo. Sr. Obispo Vargas: Sagrario de la Diócesis de Colima.
Todo comenzó un 8 de diciembre de 1882 bajo el patrocinio de La Inmaculada Concepción, cuando es puesta la primera piedra y se inicia la construcción de tan monumental lugar, prodigioso desde su construcción, ya por lo precario en la provisión de los materiales, ya la pobreza del lugar.
 Dicha empresa fue dirigida por el Digno Sr. Cura Francisco Amezcua Niño, hombre de una fe inconmovible y que lograba arrancar de las manos del Señor con sencillez y recogimiento, los hechos mas maravillosos.
El, devoto a María Inmaculada, quería encomendar a esta hermosa madrecita, el culto y erección de dicho recinto, y con empeño, trabajó arduamente por lograr dar termino a la obra, cuando veía próxima la finalización de los trabajos, solicita al Obispo la consagración del Santuario, y que le honrase con su presencia para efectuarla; informándole que sería dedicado a María Inmaculada. La respuesta, pronta llega con buenas noticias, pero con la condición de que éste, fuese consagrado al Sagrado Corazón, pidiendo que se bajase la imagen de María del retablo principal y se pusiese la del Sagrado Corazón… Oh caminos insondables del Señor… He aquí la primera manifestación divina pues , se cumple las escrituras “Yo los he escogido a ustedes y no ustedes a mi…” y en 1900, se lleva acabo después de unas fervorosas vísperas de preparación, su consagración, el 16 de enero.

En el año de 1927, México sufre un triste escenario. Al grito de viva Cristo Rey y Santa María de Guadalupe, se derramo sangre en torrentes, cuando el presidente Plutarco Elías Calles,  se declara asi mismo el anticristo y pretende independizar la Iglesia de Roma queriendo hacer una Iglesia mexicana, parecida a la anglicana que dependía totalmente del gobierno, justificando a los ojos del mundo una de las persecuciones mas violentas que la fe, en México pudo haber vivido.
El gobierno quería decidir, quienes debían ser Sacerdotes y quienes no, delimitar y reducir las parroquias, cerrando al culto las mayoría de los templos, y prohibiendo cualquier expresión publica de la religión, ensañándose únicamente con la católica, alegando un gobierno libre de la opresión de la religión, negando con esto el derecho de cada humano, de expresar libremente las propias creencias.
En este tiempo era un delito ser Sacerdote o religiosa, y se tenia prohibido educar en la fe ya sea mediante el catecismo o en colegios declarados católicos. Ellos prohíben la educación privada y con ello violan el derecho a educar a los propios hijos, según las arraigadas convicciones.
Hubo hombres y mujeres valientes que defendieron sus derechos y arriesgaron su propia vida.
Ejutla, se convierte en un lugar propicio para esconderse, por ello era la atracción de cristeros y federales.
Aquí en este monasterio, gracias a la valentía de mujeres fuertes, se refugiaron 4 sacerdotes. Ellas dispuestas, arriesgaron sus vidas y ofrecieron su casa, para que en la se siguiera atendiendo a los creyentes y para darse ánimos mutuamente, en tan dura prueba.
EL 26 de Octubre de 1927 irrumpe el ejercito callista, y cometiendo sin fin de atrocidades, toman presas a nuestra Madres, tal cual si fueren delincuentes Enviándolas hasta la capital del País y acribillando al ahora Santo,  Rodrigo Aguilar y tiempo después a nuestro muy querido P. Emilio Pérez mas conocido cariñosamente como: P. Peritos.
Los militares ocupan el lugar, robando los vasos sagrados, usando ornamentos para los caballos y destruyendo todas las imágenes y cuanto a su paso hallaron, dinamitando partes del monasterio; fue un saqueo y destrucción terribles. Momentos de angustia y terrible dolor.

EL Monasterio por largo tiempo se convirtió en cuartel general, y nuestro bello Santuario, en salón de baile, prostíbulo y caballeriza.

En 1945 después de haber sido puestas en libertad y de 18 años de rodar
Las Madre, todas juntas, regresan a Ejutla, llenas de heridas profundas en lo intimo de su ser, pero con el gozo de haber sido fieles y de regresar, nuevamente al hogar que las vio nacer, como esposas de Cristo.
Ese gozo, fue mezclado con el duro impacto de ver su hermoso Monasterio en ruinas, por todo lados, paredes manchadas por el humo de fogatas, el comedor que recién habían construido reducido a escombros. Que dolor tan grande. Como era posible tanto odio y tanta maldad.
el templo profanado, los motivos que le adornaban y el trono de Jesús Eucaristía, recubiertos de hoja de oro, destruidos, ya que en su ignorancia, los soldados lo pensaban arrancar para llevárselo. Fue algo terrible, pero ahí en medio de esa terrible destrucción, entre suciedad de caballos y mucho mas, estaba El, que les daba la bienvenida, el Sagrado Corazón lleno de amor era el único que había sobrevivido a terrible devastación, ¿pero cómo?, no lo sabían; cierto que había señales de soga en Él, pero ahí estaba como diciendo conmigo no pudieron; vengan a mí que aunque todo parece perdido en mi amor levantaremos todo, no se desanimen; aquellas, que al ver todo esto sienten desfallecer, vengan a mí que yo vuelvo fuerte lo débil; e invencible a lo impotente. Era un Milagro evidente que esa imagen se salvara, y confiando en el Sagrado Corazón, reiniciaron su vida, su entrega, Él quiso quedarse y ellas no lo dejarían solo.
 Si Señor, nosotros también somos templos de tu Espíritu, y tu estas en el sagrario de nuestro corazón, presente en todo momento. A veces, las dudas, los problemas, la distancia, el trabajo, la enfermedad, son muchos los caballos que jalan para derribar, para arrancar y destruir esa imagen que conserva a veces inconscientemente nuestro corazón. Si, cuantas veces has contemplado cada uno de nuestros pecados, has vivido las profanaciones de ese santuario íntimo, que hemos convertido en prostíbulo o salón de baile, donde ignorándote, te lastimamos y nos lastimamos, pero tu estas ahí, esperándonos, pacientemente, entre ruinas, como lo hiciste con este grupo de mujeres valientes. Esperando que entremos en nosotros mismos y contemplemos que tú has estado ahí, sufriendo con nosotros, contemplando nuestro dolor y destrucción, si esperándonos con los brazos abiertos para       decirnos: ven a mí, descansa en mi, que yo vuelvo fuerte lo débil; e invencible a lo impotente, confía en mi Sagrado Corazón, reinicia tu vida, Yo quise quedarme y no me dejes solo.

Años después supieron la respuesta a tan gran prodigio. Unas hermanas fueron a una reunión de Adoratrices a Ensenada, ahí un Sacerdote pregunto si había alguna de Ejutla; al ver que si, él dijo que su vocación sacerdotal estaba muy relacionada con ese pueblo; ambos hablaron y entablaron promesa de que él iría a Ejutla y así lo hizo, relatando hermosamente su testimonio de fe y gratitud.

Mi Padre, dice: un militar que era anticlerical, no creía en Dios y no podía escuchar nada de curas. Un día nos trajo aquí diciéndonos todas las barbaridades que habían cometido, en aquel entonces, el era bachiller y estaba prestando su servicio militar; al estar en medio de la refriega y destrucción su superior le mando derribar la Imagen del Sagrado Corazón, y presuroso sube deseando derribarla; pero se sorprendió muchísimo al sentir que el Sagrado Corazón ponía resistencia; le dieron una soga y amarrándolo le jalaron con caballos y tampoco pudieron derribarla. Y ahí en medio del templo mi Padre, reconoció que si existían los milagros ese era uno…
Este Sacerdote, desde pequeño, sintió el llamado hacia el Ministerio del Sacerdocio; un día su Padre lo miro platicando con un sacerdote y le dijo; la próxima vez que te vea con un sacerdote te mato.
Este Señor murió en un accidente y así el pudo seguir el llamado que sentía al sacerdocio.
Después de tantos años el regresa a Ejutla y hace acto de reparación por los ultrajes cometidos por su Padre en este Santuario y sobre todo al Sagrado Corazón, imagen de madera hueca que cualquier niño podría derribar y que las hermanas mueven con facilidad.

¡Oh grandeza del Amor Divino!, misericordia infinita, con este hecho Jesús mostro que Él jamás será derribado, jamás será vencido y que Él permanece en medio de los combates para acompañar y fortalecer, grandioso milagro, que lleva un hecho más profundo y que muestra evidentemente la grandeza de la doctrina cristiana. Si pues Él ha dicho: perdonad a quien os ofende, amad a quien os persigue; un hijo Sacerdote para que repare todo lo cometido.


            Bien dice San Pablo: “¿quién nos separara del Amor de Dios?, ¿la tribulación, la angustia, la persecución? Ni la muerte ni la vida, ni creatura alguna nos podrá separar del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús en su Sagrado Corazón.


















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